domingo

Perseveraciones

En qué momento se despertó todo el tema de la infidelidad, de los amantes, de los besos robados, de esas historias de una noche... o de toda la vida. 
Tal vez en el momento que me llevé una decepción, donde me encontré con un hombre, mayor que yo y yo aún era una joven sin experiencia en el asunto del amor (¿o más bien del goce en ese momento?) Me dolió mucho, me costó mucho salir de ahí... y ocho años después sigo concluyendo en el asunto. 
Y así, se me han pasado estos años pensando, aprendiendo poco, viviendo mucho, sintiendo, en compañía de algunos hombres, no solo amantes, sino amigos, familiares... en un principio considerados únicos... pero a la hora de la verdad, son hombres, solo eso. No son nada más que eso.
Aunque se pase mucho tiempo a su lado, compartiendo gustos, asumiendo tareas iguales, hasta verse y comportarse como uno de ellos, llega un momento en que se siente que no es igual, que algo se perdió de vista para entender que no es la misma cosa, que no se puede hacer de los dos... o se es hombre o se es mujer, pero verse, sentirse, hacerse, pensarse, quererse, aprenderse como lo que se es, es complicado comenzar a completar aquello que faltó de lo que se es. 
Por ejemplo, entender ¿Cómo un hombre puede estar con una mujer y no serle siempre fiel?
¿Cómo un hombre ama? ¿Cómo un hombre elije?
¿Cómo se es mujer para un hombre? ¿Cómo se es mujer?
¿Cómo se puede querer a dos personas y elegir siempre a la misma?
¿Por qué me llama la atención la infidelidad? ¿Por qué ponerlo en las canciones?
¿En qué momento se deja de verse como un niño para verse como una mujer?

¿Por qué Sabina es el mejor a la hora de hablar en el asunto del amor, del desamor, de la infidelidad, de los amantes y demás...?



jueves

Siempre Llegando Tarde

Toda la vida pensando en lo mismo, creyendo que todo se conserva tal cual, que la vida seguiría por el mismo andar, que las razones por las cuales uno emprende un camino seguirían intactas y lo que uno aprende giraría entorno a eso, no se cambia ni se modifica.
Todo lo que creía acerca del amor, de la amistad, del sexo, de la mujer, del hombre, de la adolescencia, de la convivencia, de la pareja, del noviazgo, de los amantes, del matrimonio, de las mentiras, de las verdades, de la infidelidad, de la enfermedad, del cuerpo, de la locura, de la libertad, de lo humano, de la maldad, de la bondad, de los planes, de la tristeza, del mundo, de la muerte, de la vida, del desborde... es como si estuviera en contra de lo humanamente posible, que estuve tanto tiempo equivocada y ahora que quiero cambiarlo todo, me encuentro con asuntos tan profundos que chocan con todo, que no me permiten tan fácil el cambio... y que no sabría decir si pueda lograr.
Lo peor de todo es que me lo creí. 
Que no se puede volver atrás, que no se puede ir hacia adelante igual... que se tiene que cambiar para poder seguir. 
Hay que leer más, ver más, leer entre líneas, conocer más, vivir más, arriesgarse más, pensar más, rumiar menos, dar la cara, ver a los ojos, moverse más, sentirse más, caminar más, escuchar más, conversar más, amar más, hacer más, bailar más...
Aprender y aprender que el camino se transforma y con él, todo lo que puede traer.







martes

Sobre-exposición a la luz. En palabras castizas, es cuando uno toma una foto y se le quema con la luz, es decir, cuando sale muy blanca porque se le fue la mano en el tiempo de capturar la imagen.
Cuando se hace con una cámara análoga, se juega con el ISO de la película, la luz y el tiempo. El ISO de la película tiene una sensibilidad determinada, es decir, que tiene niveles o grados para soportar la luz cuando entra a quemar el papel.  Entre más luz, es menor el tiempo de exposición y así, entre menos luz, más tiempo de exposición.
Justamente, cuando escribo esto, evoco las situaciones de la vida... En donde los seres que no poseemos la cantidad de luz suficiente, nos da la sensación de un largo tiempo de exposición para que la escena nos quede oscura, esperando tener otra oportunidad para que sea un poco mejor a la vista.
Un Atardecer de Agosto en San Luis, Arg
En fin, de eso se trata el título. Al pensar en estas cosas de la tecnología, de los medios... todo es una sobre-exposición a aquello subjetivo, a lo que uno muestra, que por más que intente conservarse al margen, uno se delata y hasta "sin querer" a veces, se le va la mano.
Estamos o más bien, estoy, en la constante búsqueda de esa luz que no me haga sobre-exponerme, que no sea mucha para quemar ni poca para no ver. Como la luz de la mañana en Medellín y la luz del atardecer de San Luis.